Minuto once de partido. El
colegiado Lagos Mejías (qué nombre más arbitral creo yo) ha señalado falta en
la medular de la Olímpica Victoriana. Mario Arroyo levanta la mano y dirige a
su equipo. Señala con el dedo al capitán y le dice con los labios pero sin
hablar: “Tú”. El capitán se dirige al
sitio de la falta y se acomoda el brazalete. Ha cogido el de los junior y le aprieta
pero eso no es problema, tiene claro lo que hay que hacer mientras escucha las
protestas de los de Capuchinos y acaricia con las dos manos el balón. Lo mima,
lo ajusta sobre el césped del Pinar y sin dejar de mirarlo da varios pasos para
coger carrerilla. En la grada se oye un tímido: “Está muy lejos”. El portero de
la Olímpica da las últimas instrucciones a su barrera de 4 mientras el árbitro
observa atentamente los forcejeos típicos al borde del área entre atacantes azulamarillos
y defensores magentas (por aquello de la coincidencia hoy). Suena el silbato y
el lanzador se dirige en una leve carrerilla hacia el balón golpeándolo con
potencia. Éste, en su trayectoria, supera a la barrera y como un obús se cuela
en la misma escuadra izquierda del portero que simplemente puede bajar la
cabeza y escuchar el sonido, de nuevo, del silbato que indica la legalidad del
tanto. Uno a cero y todos corren a abrazar al capitán por su golazo, que todavía
es coreado por la grada… El gol, de Cristian Pintos López… Un golazo, de un
jugadorazo y de un ejemplo dentro y fuera del verde del Pinar para todos los
que componen la Escuela. Un capitán que se ha ganado los galones a base de
constancia, perseverancia y trabajo y siempre fiel a sus colores…
Cristian nació en Málaga un 6 de
febrero del año 2000. Él es el pequeño de tres hermanos y pronto, muy pronto el
gusanillo del fútbol le picó de la mano de sus hermanos y de los compañeros de
colegio. Allí, en el Clara Campoamor, empezó a dar sus primeras patadas al
balón. Su afición se trasladó posteriormente al Colegio Galileo donde cursaba
estudios con varios compañeros que por aquél entonces ya estaban apuntados a nuestra
escuela. Cristian no se lo pensó y convenció a sus padres de que él también quería
apuntarse y así lo hizo en 2007, siendo prebenjamín; tenía claro que quería seguir
los pasos de sus hermanos mayores.
Desde entonces hasta hoy no ha
vestido otra camiseta que no fuese la del C.D.Lauro y recuerda con cariño todos
estos años en las diferentes categorías y muy especialmente a dos entrenadores
que lo han marcado en su carrera: Loren y Juan Antonio. Reconoce que Mario
Arroyo, al que no conocía, ha sido una sorpresa para él y que está influyendo
muy positivamente en su juego del mismo modo que lo hicieron en su momento los
otros dos.
Actualmente cursa 2º de ESO en el
Instituto de la Capellanía y se desenvuelve como pez en el agua en la posición
de medio-centro aunque es un todoterreno que ha jugado en todas las posiciones
durante estos 9 años. Es un líder nato y eso se nota en cuanto lo conoces pues
es sin duda de esos jugadores que mueven al equipo dentro y fuera del campo y
de mediocentro controla perfectamente los “hilos” de un Cadete A que marcha 2º
a dos puntos del líder y sin conocer la derrota.
Su espejo son jugadores de la
talla de Ramos, Modric, Iniesta, Kross, Pirlo, Pogba o Di María; aunque se
declara fan del Málaga y del Real Madrid por encima de otros equipos.
Ha sido convocado por la
Selección Malagueña en dos ocasiones y sus mejores recuerdos son los varios
ascensos que le han tocado vivir en el club en diferentes categorías y cómo lo
compartió con sus compañeros y entrenadores.
Para aquellos que conocemos a
Cristian es un orgullo decir que además de buen jugador y líder, siempre está
dispuesto a colaborar y ayudar en cualquier evento ya sea torneo, fiesta o incluso
a pitar junto a su amigo Miguel los partidos de los equipos de Diputación. Es
un ejemplo a seguir por todos los alumnos de la escuela de fidelidad, de
cercanía, como deportista y compañero siendo un embajador de los valores que la
Escuela trata de transmitir y un eslabón imprescindible para que esta familia
que conforma el CD Lauro siga haciendo girar la rueda que 12 años después no
para.
Llega el minuto 90 y el colegiado
Lagos Mejías pita el final del partido. El CD Lauro Cadete A de Mario Arroyo ha
vencido por 5-1 a un rival directo y es el capitán, brazalete en mano, quien
llama a su compañeros que lo celebran haciendo piña en el centro del campo. Hay
que seguir…seguir escribiendo una historia que va camino de su décimo año.
Enhorabuena capitán. Nos vemos en el campo.
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