No puede haber un modo distinto
de empezar esta crónica que no sea dando las gracias a todos los integrantes de
la Escuela de
Fútbol Base Miguelturra de la localidad homónima de Ciudad Real. Desde su
presidente D. Agapito Arévalo Céspedes, pasando por su Concejal de Deportes D.
José Félix Martín, así como todos y cada uno de los integrantes, monitores,
personal, padres y aficionados, la
Escuela del Club Deportivo Lauro solo puede agradeceros el
inolvidable día de convivencia que vivimos el pasado 6 de diciembre.
Bajo un sol de justicia y con una
temperatura primaveral el ambiente vivido en el Complejo Deportivo Candelario
León Rivas fue indescriptible y desde el primer momento nos sentimos como en
casa. Ambas aficiones disfrutaron de lo lindo tanto con el juego en el césped
como con la convivencia y el hermanamiento cordial entre ambas desde el minuto
uno.
Muy temprano comenzó la jornada
para los nuestros que se citaron a las ocho de la mañana en la Estación María
Zambrano para iniciar un viaje en AVE que nos llevara a tierras
castellano-manchegas. Para algunos era su primer viaje en AVE y se notó, tanto
por sus caras de asombro y felicidad como por los nervios para pasar el control
e incluso para pasear descubriendo cada detalle del alta velocidad. Toda una
experiencia para padres, alumnos y para los monitores que asistimos el viaje
pues no en vano eran tres los equipos de la Escuela que viajaron: el Preferente de Jesús
Calzado, el Benjamín A de Fajardo y el Prebenjamín B de Abel. La expedición la
encabezó el Presidente Cristóbal Tomé y acompañaban la responsable de la web Rocío Molina, el
entrenador de porteros Iñaki Goitia y nuestro compañero José Manuel López
(Cártama) así como los tres entrenadores citados.
Con puntualidad británica el Ave hacia
su parada a las once menos veinte en el andén uno de la Estación de Ciudad Real
donde ya nos esperaba un autobús fletado por la Escuela Miguelturra
y que recogió a toda la expedición incluidos los padres. Tras un breve viaje
llegamos al coqueto y espléndido Complejo Candelario León Rivas donde la
afición local nos esperaba con un recibimiento de lujo. Cada equipo contó en
todo momento con la atención total del staff del Miguelturra cediéndonos a cada
uno un vestuario completo para toda la jornada que contaba con agua
embotellada, caramelos e incluso un calefactor que afortunadamente no hubo que
usar por el buen tiempo.
Tras una vibrante e intensa
primera jornada matutina cuyos resultados fueron lo de menos, la Escuela se dirigió al
C.E.R.E (Centro de Interpretación y Representaciones Escénicas de la localidad)
donde nuestros equipos repusieron fuerzas en un almuerzo exquisitamente
organizado por los componentes de la
Escuela local. Mientras tanto una representación de nuestra
Escuela formada por el Presidente, Jesús Calzado y José Manuel López (Cártama)
se dirigió junto con el Concejal de Deportes y parte de la Directiva de la Escuela local a un
conocido restaurante donde tuvo lugar una comida de hermanamiento. Durante la
misma nuestro presidente obsequió a la Escuela Miguelturra
con una equipación completa para uno de sus equipos con los colores propios,
naranja y negro, así como una camiseta de la presente temporada y una placa en
recuerdo de la jornada. Por su parte, D. Agapito Arevalo hizo entrega a
Cristóbal de una placa de recuerdo así como de varios productos típicos para
los componentes de la expedición, entre los que no podía faltar el magnífico
queso manchego.
Ya por la tarde los equipos
volvieron al césped para disfrutar de la jornada vespertina donde los
resultados nuevamente fueron lo de menos y donde primó el buen ambiente y la
convivencia. Las caras en las fotos lo dicen todo.
Sin duda un día inolvidable de
hermanamiento y convivencia que difícilmente olvidaremos los componentes de la
expedición alhaurina. Con un trato exquisito, amable, cercano y bien organizado
tanto por la Escuela Miguelturra como por su Concejalía de Deportes, nos
sentimos agasajados en todo momento e incluso los nuestros se trajeron al filo
de las siete de la tarde una bolsa para cada uno cargada de productos para
merendar en la que no faltaba ni un solo detalle así como regalos que ya
disfrutaban cuando a las ocho menos veinte nos recogía tras la vuelta en bus el
Avant de Renfe que nos trajo a casa.
Cansados, extenuados, pero
contentos y sobre todo agradecidos a un equipos, el EFB Miguelturra que nos ha
demostrado el lado humano del deporte, la importancia de las relaciones por
encima de los resultados y los verdaderos valores que todos buscamos inculcar a
nuestros alumnos en todo momento. Ojalá, ya lo sabéis, podamos disfrutar pronto
y en nuestra casa de una jornada similar. Difícil nos habéis puesto mejorar lo
vivido pero lo intentaremos.
¡¡Hasta pronto y gracias por
todo!!
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